7 Ideas De Las Chicas Sobre El Amor Que Nunca Se Cumplen

Una de mis películas noñas favoritas es ‘¿Qué les pasa a los hombres?’, un pastelón americano con gran reparto que me va a ayudar a que entendáis este post a la perfección. No me preguntéis por qué, pero las mujeres siempre nos engañamos de una forma o de otra cuando nos empieza a gustar un hombre.

No me queda absolutamente ninguna duda de que el dichoso refrán de la piedra y los tropezones está inspirado en nuestras relaciones anteriores. Una y otra vez nos han roto el corazón, nos han mentido o si simplemente las cosas no han sido tan de color de rosa. Que digo yo que igual hay algún tipo de hormona femenina que nos ciega cuando esa falacia que llamamos amor llama a nuestro corazón.

Y es que, aunque reconozcamos que los cuentos de hadas sólo aparecen en las pelis hollywoodienses y que los hombres de la calle solo se parecen al Príncipe Azul debajo de los neones de la pista de baile, a la hora de la verdad fantaseamos con que nuestra relación sea puro romanticismo. Señoras, seamos realistas: ¿estaría Ryan Gosling esperando media vida para volver a vernos la carita? En fin, cuando nos enamoramos caemos en el mundo de ‘yupi’ y empezamos a crear ciertas expectativas sobre el amor y los hombres. Estas son las 7 que yo he detectado en todas las relaciones:

1. ¿Cuándo fue la última vez que te cruzaste la mirada con un hombre, saltaron chispas y pensaste que era amor? Lo más parecido que me ha pasado a mí ha sido después de 14 noes en Tinder.

2. Cuando nos enamoramos, nos encantan sus defectos porque le hacen ser cómo es, nos atrae su pasión cuando juega su equipo de fútbol preferido y que salga con sus amigos porque la confianza es lo más importante en vuestra relación. Y cuando te das cuenta descubres que no son defectos de fábrica, son errores de cajón, que es un homínido futbolero y que sólo piensa en pillarse ciegos con sus amiguetes solteros.

3. Pensamos firmemente que es un hombre valiente, con confianza y mucho carisma, pero en realidad es un calzonetis que no se atreve ni a mandarte un whatsapp para pedirte una primera cita.

4. Creemos que vivimos una relación de tensión sexual no resuelta como la de Castle y Beckett, pero la realidad es que él no pilla ninguna indirecta y que el único día que le pones un poco a tono es cuando te subes en los tacones y recortas la minifalda. Amigas, no hay un final de temporada apoteósico en la vida real.

5. Los puntos suspensivos en una conversación de What’s App. No significa nada trascendental, no espera contestación y no quiere decir lo contrario de lo que ha escrito. No veas fantasmas donde no los hay.

6. Nos imaginamos que nuestra primera vez juntos va a ser pura combustión, amor, romanticismo, pasión y sexo salvaje perfecto. Y acaba siendo confusión, incomodidad y alarmante brevedad.

7. Pensamos que viviremos una ruptura madura, dramática y de lo más romántica, alejado de los reproches, celos y gritos de la “cortada” habitual.

Así que, como decían en ‘¿Qué les pasa a los hombres?’, si un hombre quiere que pase hará que pase y que en general tú eres la regla, aunque puedes ser la excepción. Así que si queremos vivir algo sincero y real, más nos vale que huyamos del bombardeo de información romántica que nos venden, y tratemos a cada uno de nuestros novios de forma totalmente única y personal.